Vivian Maier

Vivian Maier

Vivian Maier (1926-2009) fue una niñera y fotógrafa estadounidense, de origen francés y austro-húngaro, que vivió en el anonimato. Su trabajo fue descubierto post mortem por un historiador local llamado John Maloof tras comprar una caja de negativos sin revelar en una subasta y quedar cautivado por sus fotografías. Comienza así un exhaustivo trabajo de recopilación e investigación, montando como un puzle la vida de esta misteriosa y excéntrica niñera.

Muchas de sus fotografías son de los niños que cuidaba o capturas de momentos y personajes del día a día americano en las calles, hechas con una cámara Rolleiflex; pero es más famosa por sus autorretratos. Aún así, muchos le consideran la mejor fotógrafa callejera de la historia.

Maier no revelaba sus fotografías ya que prefería gastar su dinero escaso en más carretes. Por tanto, cuenta con una colección de más de 100 000 negativos sin revelar. Esto también ha instigado un debate sobre si ella hubiera querido que se expusiera su trabajo o, más cuestionable, que se hicieran documentales y libros sobre su vida privada, sobre todo considerando que una de las pocas cosas que se saben de su personalidad es que era solitaria y cerrada, haciendo un esfuerzo para ser lo más anónima posible.

De aquí nacen las preguntas de por qué hacía tantas fotos y por qué nunca las mostró al público. Considero que Maier es un perfecto ejemplo para las preguntas más filosóficas sobre la función del arte: si es solo un método de comunicación, una forma de mostrar pensamientos y emociones a los demás; o una cosa muy personal que no necesita público. ¿Qué es un artista sin espectadores? ¿Para qué se capturan momentos y recuerdos si ni siquiera tú los vas a volver a ver? Tenía un ansia de fotografiar lo que veía, de pasar el mundo por su propio filtro. En sus fotos se aprecia tanto la belleza como la crueldad de la humanidad, y creo que tenía una visión muy cínica de la sociedad que consigue plasmar. Quizá nunca mostró las fotos porque era algo profundamente personal para ella o igual solo le faltaba el dinero. 

Es imposible saber lo que una persona hubiera querido una vez fallecida, de modo que no se puede saber si Vivian hubiera apreciado toda la conmoción por su trabajo, las exposiciones y los documentales. Creo que todo artista de algún modo u otro quiere que se reconozca su visión, y como aficionada a la fotografía agradezco poder apreciar su arte, pero hasta cierto punto considero casi irrespetuoso como se ha buscado una biografía en sus objetos personales para convertirla en un personaje famoso cuando claramente no perseguía eso en vida. 

En el documental de Vivian Maier se muestran varios clips de sus vídeos y en uno dice de ella misma que "es una especie de espía". Puede que sea porque se ve así, siempre escondida tras su cámara, tras su labor de niñera, tras su acento francés aparentemente falso según algunos, tras las distintas versiones de su nombre con el que firmaba. Parece una persona muy creativa, quizás neurótica y, como la mayoría de artistas, le debe de gustar contar o buscar historias; por tanto, si verdaderamente se veía a sí misma como una espía, no me sorprendería. Por el contrario, podría estar refiriéndose a esa sensación de espectador disociado del mundo que a veces atiene a los artistas cuando lo observan a través de su lente o pincel. 

¿Fue Vivian Maier feliz? No es nuestro lugar saberlo. Sabemos lo que nos ha contado en sus fotografías escondidas y lo que pueden recordar los niños a los que cuidaba. Parece una persona que pasó por mucho en su vida, por experiencias traumáticas, y murió como vivió, sola. A pesar de eso, nos ha dejado imágenes, retratos e historias verdaderamente maravillosas. 

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Análisis de imagen

Denotativo:

Es una imagen en color, cuadrada ya que probablemente fuera tomada con una Rolleiflex. Tiene un ángulo normal y su plano es amplio.
La fotografía ha sido tomada en una exposición de arte. Se ve el interior de una sala con cuadros en las paredes y tres personajes. Una mujer y una niña, ambas con los brazos cruzados, observan una pintura juntas. El tercer personaje es otra niña más pequeña, ligeramente apartada de ellas y en el centro de la imagen, mirando a la cámara de frente. Por el vestuario, se localiza temporalmente alrededor de los años sesenta. La gama de colores de la imagen consta principalmente de dorados apagados y azul marino.

Connotativo:

La mujer y niña más mayor observan el arte; la fotógrafa observa a los personajes, creando a su vez arte; y la niña pequeña observa a la fotógrafa, convirtiéndola en parte de la escena. Así pasamos de ser espectadores a un personaje más.
La fotografía me transmite solitud, al mismo tiempo que ofrece un momento de conexión entre el sujeto y el observador.
Creo que Vivian Maier podía estar haciendo un comentario sobre el arte y las distintas formas que puede tomar, cómo algunos solo quieren verlo si está enmarcado en una galería.

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Análisis de imagen

Denotativo:

La imagen es cuadrada y en blanco y negro. Tiene un ángulo normal y un plano amplio. Ha sido tomada en la calle con una cámara Rolleiflex. En ella, se ven a dos niños ante un póster de la película "Striporama" de 1953. El niño hace el pino frente al póster y la niña, contra la pared a la derecha de la imagen, mira algo que sujeta en las manos. 

Connotativo:

Por el vestuario podemos asumir que los niños viven en la pobreza, como que a la niña le falte un zapato. Quizá Maier quisiera retratar la pobreza en la ciudad en los años 50 y cómo afectaba a la infancia o, por el hecho de que estén delante del cartel de "Striporama", estuviera haciendo un comentario sobre algo que acababa afectando a muchos niños de familias pobres de la época, la industria del trabajo sexual.
La fotografía transmite tristeza, la niña descalza con el ceño fruncido contra una pared sucia, pero también cierta angustia, por el niño haciendo el pino con una mueca o sonrisa desfigurada que no se llega a ver bien.